¿COMO SALIR DE LA JAULA DE HIERRO?
La subordinación integral hace parte de las imposiciones implícitas a la «sociedad unidimensional», ya no basta con aceptar adocenadamente los destinos trazados desde los grandes, medios y pequeños centros de poder; ahora nos piden no solo sumisión y silencio, sino compromiso e identidad.
Cualquier persona que se atreva a pensar diferente, a realizar críticas o simplemente a diferenciarse de lo establecido, es declarado loco y por consiguiente sus actos se asumen como irracionales. Con otras palabras, todos aquellos que intenten escapar de la «jaula de hierro», serán declarados insanos por los guardianes del orden.
“Weber inaugura una sociología comprensiva dedicada a entender los sentidos mentados de la acción social. Describe la sociedad como una jaula de hierro con un orden inexorable, legal y burocrático. Pero es Foucault quien señala que los guardianes de la jaula de hierro carecen de libertad interior pues, sólo proporcionan vacío, confinamiento y, civilización” (Carlos Cousiño, la jaula de hierro-acerca de Max Weber, 1997)
En esta perspectiva se hace necesario, decididamente, establecer con Erasmo De Rótterdam un Elogio de la locura. Sí. Defender la locura que irreverentemente expresan hombres y mujeres hastiados de un sistema que día a día los enajena democrática y placenteramente. Acorde, es nuestra obligación no aceptar esa teleología de pasiones tristes y vacías que se nos presenta como el inevitable destino de la humanidad.
Guardar silencio y acomodarse es cohonestar, es defender la jaula, aceptar sus barrotes intangibles que nos encierran tras la razón de la sin razón de este sistema tecnocrático, convertirse en guardianes de la razón de un capitalismo agónico y tardío que aun nos oprime. Lo peor de todo es que esta “razón” es aceptada por una pseudo- izquierda que antes ladraban como perros Doberman contra el encierro, el presidio, sus centinelas y sus sombras, pero que hoy como domésticos french poodle se agotan en melosos ronroneos de agradecimiento y satisfacción.
Abrir la jaula parece imposible, porque no sabemos quien tiene la llave y probablemente por vía de la razón instrumental no la vamos a hallar. Encontrar la llave y romper las crueles barras que nos aprisionan, implica una búsqueda inexorable de la NO-RAZON (locura dirán los guardianes), forma de pensamiento que abandone la divinizada ratio, para incorporar el viejo concepto del logos griego, es decir, una razón que incorpore la solidaridad, el mito, el amor, la sensualidad, en fin, una razón que se recubra de sentimiento y sensibilidad.
A quienes se sienten satisfechos y agradados en la jaula, a quienes se han convertido en sus guardianes por las ansias de poder, a los rebaños con sus identidades colectivas y su espíritu de cuerpo, para manifestar mi radical autonomía e identidad individual, solo me resta decirles, con Erasmo de Rótterdam, estas aladas palabras con las que se pronuncia la repudiada locura:
A mí siempre me ha sido sobremanera grato decir lo que me venga a la boca. Que nadie espere de mí, pues, que comience con una definición de mí misma, según es costumbre de los retóricos vulgares, y mucho menos que formule divisiones, pues constituiría tan mal presagio el poner límites a mi poder, que tan vasto se manifiesta, como separar las partes de aquello en que confluye el culto de todo linaje de gentes. Y, en fin, ¿a qué conduciría el convertirme con una definición en imagen o fantasma, cuando me tenéis presente ante vosotros mirándome con los ojos? Según veis yo soy verdaderamente aquella dispensadora de bienes llamada por los latinos «Stultitia», y por los griegos, «Moria»
PRIAMO