sábado, agosto 05, 2006

DEFINICIONES

¡CUIADADO, VAN-GUARDIAS!
El Maoísmo fue el peor de los fascismos, al lado de Mao, Hitler parece un loco y un neurasténico, un pobre personaje comparado con la envergadura fascista de Mao Tsé-Tung.
Peter Sloterdijk.


La búsqueda insaciable de un ser supremo, de un DIOS que nos guié, nos enseñe, nos acompañe y nos castigue, nos ha llevado a vivir bajo diferentes yugos, de esta forma, nos hemos trasladado de dioses naturales a dioses supranaturales y en la actualidad a dioses que se me antoja llamarlos dioses mundanos. Así, asistimos a la adoración de la Diosa ciencia y tecnología, al Dios dinero o capital, al Dios estado, y a la tan amada Diosa vanguardia.


Independientemente del origen de los dioses, de sus deseos, normas, leyes…, todos ellos han sido creados para regular nuestras vidas, su objetivo es vigilar y castigar, su ontología es ser guardianes de un orden pre-establecido, establecido, o por establecer. Siendo este último el origen de la vanguardia, también denominada elite revolucionaria, círculo privilegiado de conocimiento, saber y ética, el faro que guiará nuestros corazones a la tierra prometida “al nuevo Canaán” aquel mágico lugar donde brotará miel y leche, donde viviremos felices bajo las reglas que ellos han creado; obedeciendo, para mantener esa profunda dicha que nos embargará o embriagará por el resto de nuestras vidas, amen.


La estructura organizativa del poder vertical, el dominio de una minoría privilegiada, proviene de la dictadura educacional, postulado que se encuentra en el pensamiento de Platón, se reafirma en la Ilustración con filósofos como Rousseau y “sorprendentemente” se encuentra en el pensamiento de Valdimir Ilich Lenin en sus postulados de las elites revolucionarias. Todos ellos se basan en el principio jerárquico-autoritario, por el cual una pequeña capa de sabios, semi-dioses todopoderosos dueños del saber, (saber hacer, saber decir) obtienen el derecho ha ejercer la labor pastoral en el rebaño, y la multitud obtiene "la virtud" de la docilidad a sus dictámenes; a obedecer sin preguntar, sin cuestionar y cumplir las tareas en sórdido silencio.

Bajo esta teoría de las vanguardias, nació la "línea correcta", el perfecto deber ser, el camino expedito para la transformación, la magistral voz que nos dicta religiosamente los pasos que se deben dar o dejar de dar a cada momento, la verdad pura; sólo se debe ser dócil. El abandono de esa "línea correcta" es traición, "revisionismo" rendición, equivocación… Pensar no esta prohibido, pero se convierte en un acto innecesario, una pérdida de tiempo, para eso están las vanguardias sacerdotales; para evitarnos el terrible esfuerzo de pensar.


En este orden de ideas, podemos atrevernos a decir que la mentalidad burguesa y el pensamiento revolucionario de las vanguardias, poseen una misma lógica, obedecen a una misma estructura de pensamiento basado en la dominación y el autoritarismo, que se separa levemente en el presente, para reencontrase amorosamente en las construcciones totalitarias de un futuro ya vivido. ¿Que diferencia hay entre la Alemania nazi de Hitler, la Republica Soviética Socialista de Stalin o los paraísos "democráticos" de los estados euro-americanizados? En todos ellos el objetivo es la creación de hombres dóciles, o peor, la destrucción de todo vestigio de humanidad en el animal llamado hombre, convertido simplemente en un obsecuente subalterno, en esos zombis que todos conocemos con el nombre de “funcionarios”; perros amaestrados para ser felices recibiendo órdenes, cómodos en su obediencia, felices por que no tienen que cumplir la penosa tarea de pensar por sí mismos, de conocer la realidad y de insurreccionarse ante ella. De igual forma se trata de estados de exclusión, donde se mira al diferente, al otro, al opositor, como ciudadanos de segunda, tercera y cuarta categoría, se les ve como "anormales" a quienes se les debe exterminar o relegar a la marginalidad. Para tan noble y excelsa tarea sólo se necesita un reducido número de "monstruos" y un gran número de hombres normales -funcionarios- que harán complacidos las sangrientas tareas encomendadas, en busca de medallas o de ascensos; certificados, de que efectivamente “han cumplido con el deber”.


El horror creado bajo estas tendencias del pensamiento lineal y determinista, continúa inmune en el poder omnipotente del Imperio y en los sub-poderes, por llamarlo de alguna manera, que ostentan los partidos y organizaciones de una izquierda esclerotizada. Nuestra labor es destruir de raíz estas corrientes, emanciparnos de todo autoritarismo y revindicar la subjetividad, al sujeto consciente, el valor de pensar por sí mismos, de valernos de nuestro propio entendimiento.

FUNCIONARIOS, REVISEN QUE SIGNIFICA “CUMPLIR CON El DEBER