jueves, abril 27, 2006



NUBES EN LA OSCURIDAD



La actual elección del rector en la Universidad del Tolima ha generado singulares odios y pasiones en un sector, que suplantando la discusión, quiere convertir el debate intelectual en pugilatos con visiones, ideas y “argumentos” que soslayan los asuntos centrales – las propuestas de gestión de los candidatos y sus posturas políticas y académicas- en favor de los señalamientos personales y la agresión anónima.

El lenguaje utilizado en los textos cortos que han circulado recientemente en nuestra alma mater, forma parte de lo que, en las tesis de Pierre Bordieu, se denomina violencia simbólica; esto es, la imposición unilateral de formas de pensamiento que conllevan inexorablemente a la construcción de un único camino, a marchar hacia lo que otro pensador denominó el pensamiento único, convirtiendo a los dominados en cómplices de la preservación de una falsa “normalidad social”.

Esta limitada visión genera, en la mayoría de los casos, actitudes recalcitrantes a quienes, inmersos en su burbuja de comodidad garantizada por el pequeño poder que ostentan, planean, diseñan y ejecutan acciones lapidarias en contra de todos aquellos que se interpongan en el cumplimiento de sus inmediatos intereses que, según ellos, constituyen una espléndida y deslumbrante ideología.

La aparición y proliferación de estos habitus en el campus corresponde a la aceptación soterrada del confinamiento del saber, del oscuro encierro de hombres y mujeres en el reduccionismo burocrático de medios y fines y en la simplificación total de la vida a la dicotomía de buenos y malos. En otras palabras el mundillo universitario ha claudicado ante el pobre capital cultural de las estructuras de poder. Patrimonio que debe ser entendido como lenguajes, conocimientos, títulos escolares, entre otros.

De esta forma el campo intelectual de la universidad, al parecer tan rico en argumentos, escuelas de pensamiento, investigaciones e hipótesis, ha venido desapareciendo inadvertidamente ante la aceptación facilista de un fatuo debate que se caracteriza por estar plagado de calificativos e inmerso de un lenguaje despótico y segregacionista.

En conclusión, el ágora universitaria que debería ser por excelencia crítica y libertaria agoniza ante la aceptación torpe de un lenguaje, verbal y escrito, que abandona los argumentos para controvertir y seducir a propios y extraños, en aras de ejercer a través de la violencia simbólica, un dominio sobre la conciencia individual y colectiva.

Con la proliferación de los textos cortos, que abandonan el debate de la ideas en favor de una moralina filistea que señala inquisidoramente a todos los que difieren, se cierra el debate intelectual y se inaugurara -de nuevo- una época oscura semejante a la del medioevo y, así, se fortalece secretamente un neo-fascismo.

En este orden de ideas pareciera que la academia curricularizada, después de aniquilar de su territorio la mitología, las leyendas, el afecto, el amor, la ética, y demás saberes subordinados, apunta su lanza envenenada hacia su propio ser, para exterminar la argumentación rigurosa, la crítica y la diferencia. Aquello que alguna vez orgullosamente enarboló en nombre de la Ilustración y de los intereses emancipatorios de la humanidad, y que hoy gracias a la omnipotencia del no-pensamiento único no le interesa ni siquiera mimetizar detrás de los slogans “democráticos”.

Así, no debería extrañarnos, que paralelamente, sin ton ni “son” y usurpando al Nuevo Día –prensa oficial-, estas nubes ya no se conformen con la violencia simbólica y la palabra no argumentada, sino que trasciendan en su construcción de escenarios fundamentalistas y extremistas donde sus grandilocuentes gustos no tengan ningún contradictor que los exhorte a sostener enconados debates ideológicos, que por supuesto se niegan a dar.


PARIS

4 comentarios:

Anónimo dijo...

stultifera navis, belo tema.
me gusto!

BELMAR dijo...

A
Pavlov,
Skinner
y sus drugos!

BELMAR dijo...

A
Pavlov,
Skinner
y sus drugos!

BELMAR dijo...

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