lunes, marzo 05, 2007

manifiesto juvenil

MUNDOS VORAGINES, REFLEJOS DE LA SOCIEDAD DEL DESECHO O ARQUETIPICAS CULTURAS DELA RESISTENCIA ACTIVA


todo tiempo pasado fue peor.....


El final del siglo XX fue marcado por la ola globalizante neoliberal y sobretodo por una crisis integral de la sociedad occidental, ya no solo está en crisis, las contradicciones inherentes del modo producción capitalista y los modelos de desarrollo que de el se derivan, sino el modelo filosófico que demarca ontológicamente las relaciones sociales de producción del capital. De allí, que en el corto lapso del presente siglo se acrecente la crisis de esta modernidad[1] tardía, que intenta por todos los medios mantener la ruptura del ser y la hegemonía de la santísima trinidad contemporánea: razón, ciencia Cartesiana y física del poder, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

En consonancia no es descabellado plantear, que esta nueva ola histórica puede ser caracterizada como una crisis inmanente e integral o si se quiere en términos marxistas una época de crisis Terminal, en la cual crece una nueva generación, que antojo quiero llamar -los herederos de la crisis-. De ahí que, intentar conceptualizar que es la juventud sea una tareas compleja y altamente abstracta. Por ello es importante entender que, existen varios conceptos que han perdido pertinencia como categorías únicas de definición: moratoria social, generación, etareo… son algunos de ellos.

Ahora bien, si en un primer acercamiento se plantea que, el ser joven esta dado por unas practicas sociales concretas -sin olvidar lo físico y biológico- estamos reconociendo que la juventud es ante todo una construcción social responde a la esencia de cada época. De ahí que, los jóvenes contemporáneos o mejor sus prácticas puedan ser sintetizadas como una búsqueda insaciable de alternativas a la crisis[2], salidas que recorren una variada gama de colores y utopías, por ende ni siquiera podemos hablar de juventud, sino de juventudes.

Estas juventudes recorren diferentes estilos de respuestas, pero en general se expresan mediante adscripciones culturales, algunas moldeadas a los lineamientos hegemónicos, algunas contestatarias, otras crípticas y un sector minoritario que avanza hacia la construcción de una cultura alternativa. Un gran ejemplo de cada una seria: cuenteros, literatos, filósofos, teatreros, mamertos, raperos, rudos, anchos, cortos, mechudos, calvos, punkeros, graphos, ambientalistas, electrónicos, neonazi…

Además de ser expresiones culturales es importante reconocer la indeleble práctica política que realizan a través de sus estilos identidarios. Si bien es cierto, sus práctica no se enmarcan en la lógica consuetudinaria del quehacer político tradicional, si son movimientos políticos que arquetípicamente han trascendido la razón y la racionalidad; para desde ahí, configurar un nuevo acervo o mejor un nuevo imaginario de la política. Hablamos de una juventud que ha interiorizado e integrado el ser sentipensante en su ideario de vida, por ello, el arte, la música, la literatura, la estética, la ética y el saber contextual hacen parte de su patrón de comportamiento y sus redes de comunicación y lúdica.

Inexorablemente esta nueva dinámica juvenil rompe todos los estereotipos de los jóvenes de otrora, pero algunos de ellos reclaman para hacerlos propios, aquellos sueños que comunicaran los estudiantes de Córdoba, los jóvenes de la paz y amor, mayo del 68, la primavera de Praga, el movimiento estudiantil de la década del 70 en Colombia, la plaza de tianamen… Como lo digiera nieztche en, De así habla el zaratustra, todo es diferente y parece que nada ha cambiado. Si, todo es diferente, los jóvenes de finales del siglo XXI han recurrido a la cultura para hablar, pero no han abandonado los sueños de construir un mundo diferente.

De ahí se explica, que a los jóvenes alternativos sean el blanco de reiteradas críticas, lo más seguro es que ven en ellos el peligro de la revolución ya no solo económica, sino una transformación cultural, que lleve implícita la abolición total de la subordinación. Un nuevo enemigo o mejor el nuevo –viejo enemigo viene ahora integralmente, ya ha aprehendido de los intentos fallidos o si se quiere de los caminos recorridos y por ende no dejara esta vez que las estructuras lineales, jerarquizadas y disciplinarias se mimetizan en los proyectos libertarios y emancipadores.

Sin duda alguna este tipo de joven, viene rompiendo cadenas materiales e inmateriales, han acudido a la mejor de las filosofías y literaturas, aquellas que enarbolan la irazon, la locura y el amor. Don Quijote, Espinosa, Erasmo (por solo citar algunos) estén tranquilos sus discípulos ya llegaron. En horabuena han llegado para retumbar en carnaval y sordina el opaco mundo del capitalismo tardío.

Por otro lado, una infinidad de diatribas han caído sobre los jóvenes, algunas deberán tomarse con el sigilo y la rigurosidad que se merecen, otras por el contrario hay que darle como decía Borges la mejor de las venganzas: el olvido. Se referencia esos discursos provenientes de los mansos animales domésticos, en que se ha convertido los hombres modernos. Ellos no ven los movimientos juveniles como una expresión dinamizadora de la sociedad, de forma soslayada se refieren a la juventud de forma punitiva, y piden para ella la vigilancia, para desde ahí castigar sus cuerpos y mentes. Como es sabido por todos, cuando los jóvenes no pueden ser cooptados o normalizados en los valores éticos de la sociedad del control, se recurre a la marginalización y si no es suficiente a la retención. Para así “resarcir” los daños ocasionados a la sociedad. La pregunta seria de que daño hablan estos insignificantes juguetes de madera, lo mas probable será pensar del daño que se le viene originando al pensamiento único, a la homogeneización y la uniformidad.

De igual forma se han escrito análisis que demarcan a la juventud como la generación X, es decir como una multitud sin creación, frívola, confundida y sin proyección, ellos al igual que la estructura de poder y los que miran a la juventud con desdén se equivocan. De nuevo hay que decir que los jóvenes no son homogéneos, y sus practicas mucho menos. Por ende seria muy difícil atrapar esa multiculturidad que representan los jóvenes en un concepto. Empero, aventurándome ha encontrar en ellos endebles hilos que les atraviesa transversalmente, me atrevería decir que los y las jóvenes del siglo XXI son la generación A, si, los jóvenes son atípicos, amorosos, anormales, afectivos y atopicos, es decir un proyecto que saliéndose radicalmente de los códigos y artificios de la lógica, enarbolan un pensar y un sentir somático y ascético que trasciende las fronteras de la razón, para trascender con el amor y el saber contextual este nuevo siglo.

Con los jóvenes de hoy, vuelven de nuevo los saberes subyugados, vuelve el mito que se encontraba escondido, mimetizado, negándose a desaparecer a pesar de que el dios ciencia lo había llevado al cadalso. Se retoma el respeto por la naturaleza, y sobretodo la posibilidad de salir de la prehistoria para empezar a vivir la historia humana.

De igual forma se recrean nuevas formas de relaciones, con los jóvenes las diferencia ya no es motivo de señalamiento, la diversidad cultural se convierte así en una luz de esperanza de la sociedad y por ende un eje transversal que atraviesa el lenguaje, la organización y los que haceres.

Empero, hay que reconocer –dolorosamente por demás- que existe algunos sectores de la múltiples tribus urbanas donde se reproducido la lógica del poder su estructura jerárquica, xenofóbica y patriarcal. Si, a pesar de que los jóvenes alternativos vienen construyendo las nuevas relaciones sociales también existen organizaciones donde se mantienen los discursos que se pensaban superados – aunque se sospechaba que estaban vivos-, hablamos de las prácticas fascistas y nazis que algunos jóvenes han adoptado para su vida. Los neonazi, cabezas rapadas entre otros, han aparecido en la escena juvenil, para demostrarnos que aun se mantiene los embriones que permitieron la soha nazi y la aparición de grupos paramilitares a nivel nacional.

Por ende los jóvenes enfrentan en una misma ola todo el abanico de posibilidades que se han construido hasta hoy, por un lado pueden optar por la cultura consumista, una sociedad jerarquizada y dominada por un poder metafísico que se respalda en el poder de las armas y la hegemonía del pensamiento único, o por otro lado pueden avanzar en las practicas alternativas que vienen construyendo en el presente una nueva sociedad, donde el amor, la solidaridad, la diferencia y la multicularidad habiten bajo una ciudadanía mundial y se derrumbe la dominación del hombre por el hombre.

Bajo estas circunstancias nuestra propuesta de la unidad en la diversidad debe orientarse a prevalecer el trabajo juvenil ya que ahí encontramos las mejores posibilidades de cambio y emancipación. Si, los jóvenes alternativos inexorablemente son arquetípicas culturas de la resistencia activa y el futuro revisitado.

[1] estructura filosófica basada fundamentalmente en la ratio.
[2] Estas alternativas recorren los espectros del desencanto hasta el principio esperaza.