martes, septiembre 19, 2006

elocubraciones


Como entender lo nuevo de lo viejo

El nuevo orden económico mundial, que ha establecido la vieja lógica de acumulación, ha depuesto las contradicciones sociales de otrora, demostrando de esta forma la indefectible supremacía del capital y la democracia. Bajo este metalenguaje, nos vienen narrando un nuevo mundo, los Ángeles apocalípticos del fin de la historia, la utopía y la esperanza. Estos profetas demoníacos de la modernidad, enarbolan; el triunfo inequívoco de la razón; la llegada al paraíso perdido del pensamiento único; la consolidación del abyecto ideal, de Alfred Marshall “la aldea global”. Ambito geopolítico, donde, la cultura del poder fuerza se desplaza intangiblemente por mentes y cuerpos de todos los seres humanos, creando una microfísica del poder que nos impide transgredir lo establecido y aceptar adocenadamente los intereses compensatorios de la sociedad del control.

Paradójicamente asistimos al reino de la libertad, se a extinguido completamente de la faz de la tierra, cualquier práctica de esclavitud. Sí, bajo la omnipotencia de la libertad de mercado, somos libres, nos desarrollamos en una sociedad donde no existe, la subordinación y la estructura jerárquica. Por ello, no necesitamos desgastarnos en la construcción de nuevos paradigmas y sueños, menos aún, en la consolidación de una organización societal que enarbole el libre desarrollo individual como principio si ne quanon del libre desarrollo de la sociedad, esa vieja utopía, nacida de los padres del comunismo (Marx y Engels), compartida por los anarquistas y que han abrazado los hombres y mujeres que a través de la historia, nunca han renunciado al proyecto emancipatorio.

Así, sin más explicaciones, asistimos al fin de la historia, al dominio absoluto de la tecnología, es decir, superado el oscurantismo religioso medieval, avanzamos, o mejor, vivimos en el mundo, del oscurantismo tecnocrático de la razón única, conocida globalmente como la sociedad del conocimiento por parte de sus mixtificadores y llamada sociedad del control por parte de los intelectuales orgánicos.

Los vertiginosos cambios científico-tecnológicos coadyuvan a dicha “libertad”, destruyéndola y reconstruyéndola insaciablemente bajo los intereses del capital. Aquí, hago referencia a los cambios en la producción a través de los modelos post-fordistas de flexibilización y desregulización y en especial a la nueva tarea de los medios de comunicación y las industrias culturales. Falsificar la realidad, atrapando y cercenando todos los espacios, ya no bajo las construcciones materiales de los muros, barreras de piedra, ladrillo y cemento, sino bajo una madeja intangible que recorre fantasmagóricamente la vida social, controlando los intereses, las motivaciones, y más íntimos deseos de los “seres humanos”; en palabras de Michel Foucault: el biopoder. Un poder absoluto de la vida, una estructura de dominio compleja y flexible que, bajo cadenas invisibles nos aleja cada día más, de la posibilidad de convertirnos en homo homo, humanos doblemente humanos.
“En la sociedad moderna, la burguesía y el capitalismo crearon extensiones de control a través de los ‘aparatos de encierro’, que son instituciones que describen la actividad a través del tiempo social. Desde la escuela a la fábrica, desde la cárcel al manicomio. Los ‘aparatos de encierro’ marcan las fases del tiempo social y, a la vez, definen y controlan al individuo por la posición que adopta en esos espacios de estancia reglada.
El pensamiento de Foucault, en un tiempo donde determinados ‘aparatos de encierro’ convencionales han perdido su protagonismo, permite hacer una excursión hacia un nuevo escenario, el de los medios de comunicación, en especial el de la televisión, que absorben y regulan el período de descanso y ocio, como nuevo ‘aparato de encierro’. Desde esta óptica, la televisión aparece como una extensión del sistema productivo y procreador y no tanto como un medio generador de conocimiento, diversión y entretenimiento, o, aun siendo así, subordinado a una función reglada de control. La televisión, pues, más que mostrar, permite ver, es un elemento más del sistema ‘panóptico’ que describe Foucault, por ejemplo, cuando teoriza acerca de la estructura funcional de los recintos carcelarios”.
http://www.infoamerica.org//teoria/foucault2.htm
En correspondencia, asistimos a una sociedad que bajo la globalización unipolar ha ido desarrollando al hombre sin humanidad, aquel ser limitado y castrado de todo tipo de crítica, de sensibilidades diseñadas y gustos modelados por la cultura afirmativa; es demasiado normal encontrar en la mayoría de la multitud el querer “ser como ellos”, la aceptación inocua de su proyecto de civilización, donde el arte, la estética, la belleza son construida por el pensamiento único y socializada a través de los mass media. En los terrenos de Herbert Marcuse, el hombre unidimensional.

“Los medios de comunicación y las industrias culturales, así como las expresiones de la publicidad comercial, reproducen y socializan en los valores el sistema dominante y amenazan con eliminar el pensamiento y la crítica. Los efectos de esta orientación mediática crean un escenario de cultural cerrado, ‘unidimensional’, que propicia una especie de pensamiento único y determina la conducta del individuo en la sociedad. Los medios crean una estructura de dominación, bajo la apariencia de una ‘conciencia feliz’ que inhibe la posibilidad de cambio hacía la liberación. Los medios de comunicación, a través de un lenguaje informal, no dan explicaciones, ni ofrecen conceptos, sino que aporta imágenes. Descontextualiza, niega la referencia histórica. Lejos de moverse entre la verdad o La mentira, se limita a imponer un modelo”.
http://www.infoamerica.org//teoria/marcuse2.htm
Este pasaje de la modernidad a la postmodernidad se desarrolla integralmente en todos los ámbitos de la sociedad: la economía (el paso de la industria de bienes a los servicios y la información con los procesos de flexibilización y desregulización). Los modelos productivos (el paso de fordismo, al toyotismo). La política (el resquebrajamiento de las soberanías nacionales). La cultura (vehiculo de creación a instrumento de consumo). Todas ellas a saber, reguladas por una maquina compleja y flexible que articula el conjunto de las construcciones sociales, para mantener y expandir, el control de las mentes y cuerpos de cada uno de los individuos, en beneficio de la lógica capitalista, en la total destrucción planetaria.
Las comunidades al no ser ya productoras de cultura sino consumidoras de la misma, como lo plantea el maestro Estanislao zuleta, entran en un extrañamiento donde lo importante es consumir y consumir, originando que las personas se reflejen en los bienes y servicios que ostentan. Asistimos a la reificación total del hombre en la mercancía.
La terciarización de la economía, como uno de los elementos que caracteriza este nuevo pasaje de la historia, nos indica que la concentración y acumulación del capital se orienta más hacia los servicios, sin que se llegue abandonar de plano la producción industrial y agrícola, pero si dirigiendo su desarrollo.
La educación, la salud, la información y la recreación son las áreas que definen esta ola postmoderna de la producción, por ende las industrias culturales se han afianzado en el contexto de esta globalización unipolar, llamada imperio, por Tony Negri.
“Del mismo modo que la modernización en la era previa, la posmodernización o informatización hoy marcan un nuevo modo de volverse humano. En lo que a la producción del alma concierne, como diría Musil, uno debe reemplazar las técnicas tradicionales de las máquinas industriales con la inteligencia cibernética de las tecnologías de la información y comunicación. Debemos inventar lo que Pierre Levy denomina una antropología del ciberespacio. Este cambio de metáforas nos ofrece una primera aproximación a la transformación, pero debemos observar más profundamente para ver claramente los cambios en nuestra noción de los humanos y la humanidad que emergen en el pasaje hacia una economía informacional”.
Imperio. Michael Hardt y Toni Negri. PG 251-252.
En la práctica dicha postmodernización se encuentra cuantitavimente y cualitativamente, por no ser objeto del presente escrito, solo referenciaré que las estadísticas marcan un cambio en la concentración del empleo en lo que respecta a lo cuantitativo, en lo cualitativo se plasma en el trabajo inmaterial, así como en las transformaciones que se vienen originando en la música, pintura, poesía…
En este universo postmoderno, los aparatos ideológicos establecidos en la modernidad, como la iglesia, la familia, la escuela… ceden (sin desaparecer) su carácter hegemónico de socialización, a la televisión y las industrias culturales. Que a través de la especulación de la imagen desarrollan los excesos del marketing y del consumo. De esta forma las/los jóvenes post- modernos, por llamarlos de alguna manera, forjan su identidad, o mejor, subsumidos por la cultura depredadora, definida por Peter McLAREN como, un campo de invisibilidad-de depredadores y victimas-precisamente por que es muy obvia. Su obviedad inmuniza a las víctimas contra una completa revelación de sus amenazadoras capacidades.

Al encontrarse invisible los depredares y victimas, se crea a nivel global una estructura jurídico-política análoga a los lager de la segunda guerra mundial. En mundo se ha convertido en un campo; en una disposición espacial del estado de excepción permanente. Donde, la exclusión, la marginalidad y el desplazamiento configuran el microcosmos del esfuerzo diario de las etnias y clases subordinadas al decoro y elegancia de la depredación burguesa. En este contexto social, raza, clase, genero, edades son atrapadas mágicamente en la cultura demoníaca del pensamiento único, llamado por Pedro García Olivo pensamiento cero, ya que al diluir la diferencia en mera diversidad convierte la alternatividad, en expresiones de la lógica del capital.

Insertados en esta banalidad del mal, las nuevas generaciones se ven obligadas a desarrollarse y avanzar, bajo un mundo dominado por los collarines electrónicos, o sí se quiere, controlado por la civilización del horror. Diseñada para hacernos ver natural el abominable poder que establece la nuda vida. Universo heredado, donde los jóvenes deben “divertirse”.

En estas circunstancias, los jóvenes se ven condenados a visibilizar y combatir la podredumbre social del fascismo de nuevo cuño, son las nuevas generaciones mediante sus prácticas los que no muestran sin eufemismos lo podrido de la sociedad, de igual forma “ellos se re-orientan” rechazando, tomando distancia, desligándose de la estructuras de poder, re-organizándose, huyendo bajo una sola estrategia; el desencanto. Para desde ahí reestructurar de nuevo, el mundo de la fantasía y la utopía.

6 comentarios:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Troyano, creo que ese mundo que usted describe es el que nos abarca de manera racional, pero hay otro el subjetivo, en donde lo irracional forma parte de un cosntructo diario utópico y que trasciende a la esencia misma del ser, ese mundo ebrio, descontrolado, que no acepta reglas pero las acta, es el mundo de la vida, el que realmente vivimos, el otro es un mundo virtual del poder, pero estar ebrios es una forma de desconectarse de la realidad...
Interesante tema para segir abordadno desde nuestros objetivos, el joven!!

Antonio García dijo...

Hola:

Muy interesante la exposición.

saludos

troya dijo...

Amigo Gamboa, si creyera fulminantemente en lo que usted escribio, mi único problema sería nuunca dejar de tomar... ¡no seria mala idea!

troya dijo...

antonio visite tu blog y quede muy impresionado, por fin encontre un blog de un animal político como este escribidor. la nave estara atracando de ahora en adelante en un blogeosfera.

**kadannek** dijo...

Muy buenas acotaciones.
Estamos sujetos a estereotipos, a paradigmas, a modelos o cánones pre-establecidos, Es parte de la sociedad, pues estamos atados a las costumbres de ésta misma, es parte de nuestra identidad grupal, pero he aquí el error, dejarse limitar por todo lo mencionado, de vez en cueando hace bien romper reglas y salir de lo establecido, pues todo ( o la moyoría) de lo establecido son conceptos para frenarnos y mantener en cierta medida un "orden" (dentro del desorden ¿no?). Es el mundo en que vivimos y somos parte de este mismo, lo bueno es depertar a la conciencia y encontrarse a uno mismo librandose de todo lo ajeno al alma.

Muchos saludos, un agrado ha sido que halláis pasado por mi blog.

Unknown dijo...

AMIGO
HE LEÍDO CON DETENIMIENTO TU ESCRITO Y ESTÁ MUY BUENO .
SIN DUDAS ESTÁ EN NOSOTROS NO ACEPTAR TODO COMO MANÁ DEL CIELO .
SIEMPRE ESTARÁ NUESTRA VOZ PARA ENSAYAR UNA PROTESTA , AUNQUE SUENE A UTOPÍA .
EL SILENCIO , NUNCA .
AUNQUE NOS PEGUEN ABAJO , NUESTRA MIRADA ESTARÁ ARRIBA .

RECIBE MIS SALUDOS Y AGRADECIMIENTO .

ADAL